22 sept 2009

Ella es... bonita

Se repite la historia, sólo espero no tenga el mismo final. Es muy extraño, de hecho es verdaderamente inesperado y suele suceder siempre así; sin embargo, termino con un sentimiento atropellado. –No quiero explicarme, no deseo hacerme entender, simplemente no intento comprender.- Pero lo escribo porque de no hacerlo pareciera que una parte importante de mí continúa extinguiéndose.

A veces puede parecer totalmente onírico o escenas novelescas remitidas a mi imaginación, aunque hay ocasiones que la realidad supera toda ficción y situaciones con las que el ser humano a veces no puede más.

...Llovía por la noche como suele ser en el sur de la ciudad: fuerte y de manera continua; a veces pienso qué tiene el sur que en el norte no es así. Creo saber qué es. Paré el taxi que venía recorriendo las calles de Coyoacán en busca de pasajeros, los limpia-parabrisas del auto batían el agua incesante. Ordeno mi destino al conductor. En la radio se escucha Lafourcade diciendo: “¿por qué será, si no lo tienes más lo quieres? ¿por qué será, cuando lo tienes ya no quieres?” si, aquella canción que dice “ella es… bonita”. Volteo a la ventanilla empañada y sólo veo un tráfico desquiciante, personas mojándose como si nada importara y a mi avanzar, dejando atrás cada vez más y más lo que nunca imaginé que sucedería: eso que algunas personas denominan… ya sabes. Quizás sea cariño, no lo sé ahora. Entonces comienzo a recordar a Kevin Spacey en su papel de ‘David’ en la peli “The Life of David Gale” que amablemente K me prestó. No reseñaré la cinta, lo que si diré y coincido con C es que es una buena historia. En ella, David, un activista y profesor de filosofía, menciona en una de sus clases el ‘concepto de Lacan’. De modo que lo volví a recordar y más o menos dice así:

“Las fantasías no deben ser realistas, porque en el momento… en el segundo que obtienes lo que quieres, ya no lo deseas más. Para continuar existiendo, el deseo debe tener ausentes sus objetos permanentemente. Lo que queremos no es el objeto, queremos la fantasía del objeto. El deseo mantiene todas las fantasías.

A eso se refería Pascal al decir que solamente somos felices cuando soñamos despiertos con la felicidad futura. “Cuidado con lo que deseamos”-No porque lo consigamos, sino porque pasará el encanto cuando lo obtengamos.

La lección de Lacan es:

Si viven para sus deseos jamás serán felices. Lo que nos hace totalmente humanos es buscar vivir por las ideas e ideales, y no valorar su vida por lo que han logrado en términos de sus deseos sino por esos momentos de integridad, compasión, raciocinio; incluso, de sacrificio. Porque al final, la única forma de valorar la trascendencia de nuestra vida, es valorando la vida de otros”.


Sentimientos encontrados entonces, encerrado en medio del tráfico con lluvia y dándole vueltas a mi cabeza; cuestionándome distintas situaciones pero llegando a una conclusión: ‘no deseo’ que las cosas sucedan como yo quiero, he cometido cientos de errores y quizás uno más sería inoportuno; porque como mencionaría David Gale, valoro su vida y valoraré más este maldito sacrificio...

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